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LA FUTILIDAD DE MORGAN. Algo más que el misterio y las coincidencias...

Actualizado: 1 sept 2018

Era un poco corpulento, con poco pelo, aspectudo de mirada fija y de elegante vestir. Su amplia frente escondía su genio y creatividad, diría más bien que en sus largas horas surcando los mares, tuvo el suficiente tiempo para descubrir su excentricidad y habilidad como escritor y se dedicó a contarnos cosas y casos que sus reflexiones literarias le dictaban. Un día de marzo, este enigmático personaje contemplaba el paisaje costero que enseñaba la ventana abierta de la habitación Nro. 35 del lujoso Hotel Alamac en el corazón mismo de Atlantic City. Sonríe levemente al ver un choque casual de un par de niños que juegan alegremente en la acera muy cerca de la playa; el sol se deja ver en el horizonte y se puede divisar el típico ocaso que los artistas dibujan, juntando al mismo tiempo: los veleros que el mar sostiene; los brillos que las aguas reflejan y las palmeras que más de una afloran en esa cálida tarde de primavera. Se voltea con lentitud extrema y mira la hora que el viejo reloj señala, faltan seis minutos para las 15h00 y con caminar pausado alcanza dos sobres de paraldehydo protiodide, la medicina recetada que con exactitud la toma. A sus 53 años, Morgan Robertson, no eran para estar demasiado enfermo, aunque ya había pasado la media de edad que en esos años la vida castiga.


MORGAN ROBERTSON PREDIJO EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC

De pronto, un fuerte dolor en el pecho lo aqueja, su cuerpo cae pesadamente cerca del único baño y logra arrastrarse hasta alcanzar y beber un poco de agua. Su destino estaba trazado, un segundo infarto fulmina su vida y su cuerpo asfixiado termina. Sus ojos abiertos exigían más vida pero todo…todo estaba consumado para el gran escritor. Fue un miércoles, 24 de marzo de 1915, a las 15h42 cuando todo se oscureció para Morgan, un bulto ensangrentado regía y casi jorobado e inerte, cristiana sepultura pedía.


La calle S Iowa Ave, recibe a un conglomerado de desconocidos que clamaban por despedir al muerto, pero un bulto blanco envuelto con sábanas de su misma cama, a la morgue iría sin dejar ver a su gente, a sus amigos, peor a sus asiduos lectores. Un poco más al norte, cruzando la avenida Atlantic, y cerca de llegar a la calle Fairmount, casi en la esquina, una iglesia cristiana (The Church of Jesus Christ of Latter-day Sainst) lo acoge sin antes haberle dado su oración y extremaunción.


EL HOTEL ALAMAC, ÚLTIMA MORADA DE MORGAN.

Morgan Robertson , nos deja más de un centenar de escritos entre novelas, cuentos, historietas, narraciones cortas, poemas y algunos pasajes de ciencia ficción: Los Piratas; Salvaje; El Danzante; Los Rivales; 4 libros sobre la edad de piedra, del hierro, barbarismo y civilización; La Batalla de los Mounstros; Tiburón; La Roca; Los Americanos; Bajo el Espectro; El Submarino Destructor; La Triple Alianza; Los Hermanos; La Ecuación; Antología (Historias del mar)… etc., etc., pero ninguna alcanzó tanta fama como su corta novela publicada en 16 capítulos en el año de 1898: “FUTILITY, OR THE WRECK OF THE TITAN” (El naufragio del Titán o Futilidad) en la que relata con asombrosa exactitud la tragedia que sufriera, 14 años más tarde, el barco más famoso del mundo: El Titanic.


James Cameron, el famoso director canadiense nos maravilló con su película primero (1997) y luego con sus documentales sobre el naufragio que atizó los ojos del mundo entero. No pretendo adentrarme en lo que ya todos conocemos y visto. Simplemente, deseo escribir para mis lectores algo que les pudiera entretener mientras el insomnio les llame: FUTILIDAD O DESASTRE.


Hace 3 meses, invité a mi esposa a un crucero por el Mediterráneo y previo a la selección de la empresa naviera pasé un recorrido por youtube viendo lo que acontece cuando un barco tipo crucero se enfrenta al mar con mal tiempo. Me quedé preocupado cuando recordé que ningún ingenio hecho por el hombre y que se ha creído indestructible o insumergible ha podido enfrentar la furia de la naturaleza.


Recordemos entonces la “FUTILIDAD” que ocasionó graves y grandes desastres basados en la novela de Morgan Roberts “El hundimiento del Titán” con 3.000 personas a bordo:

El hundimiento del Titanic de 1912 con 2.220 personas a bordo; el siniestro del crucero italiano Costa Concordia del año 2012, con 4.229 personas a bordo; la super tormenta que golpeó al Crucero Anthem of the Seas, el barco más nuevo de la increíble Clase Quantum de Royal Caribbean con 4.000 pasajeros en el año 2016; y, recientemente incidente ocasionado por el Ciclón “Bomba” que golpeó fuertemente al Crucero Breakaway de la línea Norwegian Cruise Line con 4.000 pasajeros el 3 de enero de año 2018.


También la FUTILIDAD, ha ocasionado graves desastres en el espacio aéreo:

La caída del vuelo 447 de Air France de 2009 con 228 personas a bordo; la desaparición del vuelo 370 de Malaysia Airlines del 2014 con 239 personas a bordo; el derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines del 2014 con 298 personas a bordo; la increíble maniobra aérea y amerizaje del piloto Chesley Sullenberger “Sully”, al mando del vuelo 1549 de US Airways en el año 2009, con 155 personas a bordo; la desgracia de los transbordadores Challenger y Columbia en los años 1986 y 2003 respectivamente, entre otros han sido los elocuentes mensajes que el hombre recibe para prevenir, mejorar y perfeccionar su ingenio.


La FUTILIDAD de Morgan se ha hecho presente hace escasos 10 días, en donde la imprudencia, negligencia, sagacidad, impericia, heroicidad y quien sabe que… hizo que el capitán del crucero Breakaway de la línea Norwegian Cruise Line, decidiera desafiar las leyes naturales enfrentando nada más y nada menos que al ciclón “Grayson” considerado por los científicos como una bomba meteorológica sin precedentes que azota la costa este de los Estados Unidos.

El 23 de octubre del año pasado, retornamos con mi esposa Paty del afamado crucero mediterráneo, sin embargo dos momentos álgidos quedaron registrados en mi cámara y en mis escritos: la noche para amanecer lunes del 16 de octubre al cruzar Cádiz en el sur de España y la tarde del día domingo 22 de octubre al cruzar el mar de Liguria al sur de Francia. Para entonces, ya habría escrito dos relatos para mis lectores: TRAFALGAR, EL GRAN NAPOLEÓN Y EL COBARDE CAPITÁN.


La FUTILIDAD de Morgan algo para recordar y temer: adjunto las escenas de alta tensión filmadas por un videoaficionado a bordo del crucero Anthem of the Seas, el mes de febrero del año 2016.

18h17



Quito, D.M., viernes a 12 de enero de 2018 / 11h27

 
 
 

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© 2018  Publicaciones escritas por: Oswaldo Moreno

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