MI PASO POR LA ARTILLERÍA ANTIAÉREA. Mis éxitos y alegrías, sin frustración alguna...
- General Oswaldo Moreno
- 22 ago 2018
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En el mes de diciembre de 1981, había finalizado el Crucero Internacional de Instrucción habiendo navegado 12.060 millas marítimas y habiendo visitado con relativo éxito las Islas de Hawái y la República de México. Luego de este periplo, fui designado para realizar el Curso de Artillería Antiaérea conformando la Cuarta Promoción del que se denominaría Curso Operacional “Oerlikon”.

Los instructores eran oficiales que habían estudiado en Zurich-Suiza (radares) y en Milán-Italia (piezas) y la verdad es que fue un Curso agobiante y técnicamente muy esforzado que tuvo una duración algo así como un año. Sin embargo, seguía manteniendo el espíritu de un buen estudiante y al finalizar el Curso a fines del 82 logré excelentes resultados como vamos a repasar: en el Curso de Electrónica en la Escuela Politécnica del Ejército fui el primero entre 22 alumnos (18,611/20); y, en el Curso Operacional “Oerlikon” en el que asistimos solo oficiales fui primero entre 8 subtenientes, alcanzando un promedio de 19,067/20.

Recuerdo con afecto y estima a mis instructores que tenían el grado de Tenientes: Jorge Costa, Jorge Reyes y Luis Montalvo; a mis Subtenientes: Fernando Rodríguez, Marco Tapia, Carlos Maldonado, Jorge Peña, Bolívar Mena, Oswaldo Andrade, Pablo Yépez, William Granda, Jaime Esquetini, Víctor Romero, Enrique Méndez, Fabián Pazos, Jorge Iglesias y César Ríos entre otros pundonorosos oficiales… resalto el atento seguimiento que hiciera mi Coronel Jaime Endara, un oficial amante de la cultura alemana y sobre todo porque fue el oficial que ‘catapultó’ al arma de artillería especialmente a la especialidad antiaérea al sitial que hoy con honor ostentan voluntarios, cadetes, oficiales y alumnos de las Fuerzas Armadas que por sus aulas han pasado.
Lo que más recuerdo de este Curso realizado fue la prolijidad con que fuimos instruidos y la técnica de la enseñanza que los académicos emplearon en esta costosa especialización. No hubo página de la extensa bibliografía que le haya dejado pasar por alto, me leí todo y practiqué con mucha atención lo que me enseñaban los afables profesores. Hago un símil al Curso de pilotaje de aviones supersónicos caza-bombarderos, ya que ellos –los pilotos de combate- estudian y dominan las artes aeroespaciales con agilidad y habilidad para maniobrar su aeronave en medio de condiciones atmosféricas extremas frente a la amenaza que representa el fuego de los cañones y misiles enemigos; nosotros los artilleros antiaéreos, también estudiamos las técnicas y tácticas de ataque de los aviones supersónicos y desarrollamos una destreza en identificar visualmente o por el sonido a las aeronaves enemigas en pleno vuelo. De hecho, los Tenientes Mauricio Mata, Carlos Uscátegui y el Capitán Raúl Banderas (Todos héroes de guerra condecorados), se entrenaron en forma permanente con los militares antiaéreos del Ejército cuya batería de artillería estaba asignada a la Base Aérea de Taura. Años más tarde, el Teniente General Raúl Banderas me recordaba que fueron muy pocas las ocasiones que pudo burlar las defensas antiaéreas cuando se ejercitaba con el sistema “Oerlikon”.

Sí… fue muy esforzado el poder dominar la teoría sobre mecánica y electrónica de estos sofisticados equipos. Sabíamos de memoria la ubicación de todas las piezas y pernos de los cañones, pero más complicado era dominar todo el sistema digital del ‘"Director de Tiro" que era el ‘cerebro’ que permitía enganchar, seguir y destruir las aeronaves enemigas en forma totalmente automática. Las asignaturas sobre: matemáticas, electricidad, electrónica, radares, televisión, microondas y antenas eran fundamentales para entender el funcionamiento del complejo material suizo-italiano. Para complementar nuestra exhaustiva preparación teníamos que pasar una especie de ‘juego de guerra’ cuando debíamos aprobar una serie de estaciones que permitían evaluar nuestras habilidades motoras y psicológicas al estilo ‘play station’ por niveles, hasta alcanzar la perfección.

Los certificados de estos logros alcanzados y una placa en homenaje al alumno graduado con la primera antigüedad son guardados celosamente en mi archivo y museo personal que mi esposa Paty tuvo la gentileza de diseñarme en la casa en la que vivimos.
Ya en los años de 1983-84 y por el lapso de 21 meses fui Instructor de la Escuela de Artillería Antiaérea y me di las ‘escapadas’ para realizar los Cursos de Paracaidismo y Comandos particular que agradezco al Sr. Coronel Fausto Páez Franco y a los señores Tenientes Coroneles: Jaime Guzmán y Patricio López Moreno, quienes siendo mis Comandantes en el Grupo de Artillería Nro. 13 “Mariscal Sucre” de "El Pintado", me autorizaron la salida para realizar los Cursos de Especialización antes referidos.
Debo manifestar en honor a la verdad que puse toda la ‘carne en el asador’ para poder instruir a mis alumnos con la misma entereza e intensidad con que me formaron los pioneros instructores antiaéreos que estudiaron en Europa.
Retorno como Jefe de Enseñanza a la Escuela de Artillería Antiaérea ESAA “Tarqui” en el año de 1992-1993 y mi experiencia anterior como Jefe de la Sección Técnica de Enseñanza en la Escuela Militar (1990-1991) hizo que reformule todo el protocolo académico en base a lo aprendido en el Centro de Estudios de Personal de Brasil en el año 1989. Se presentó al Director de la Escuela de ese entonces, Sr. Mayor Jaime Esquetini, todo un sistema moderno de enseñanza, evaluación y seguimiento que hasta los actuales momentos se conserva. Tuve el honor de ser instructor de jóvenes oficiales y voluntarios (Personal de tropa), algunos de ellos consagrados como insignes héroes de guerra en el Conflicto del Cenepa de 1995: El Capitán Hernán Alfonso Cáceres Moreno; los Tenientes: Byron Washington Borja Carrera y Alfonso Ramiro Gudiño León; el Cabo primero Luis Germán Honores Guanga.

Hermoso relato del Sr. Tcrn. Hernán Cáceres que derribó un helicóptero peruano de tipo MI-8, terminando la leyenda del heroico piloto peruano Luis Alberto García "Mac Giver".
https://youtu.be/TtB8bQnY5TY
https://www.youtube.com/watch?v=xHpnXOVm_M0
Aquí contaré una interesante anécdota referente a los misiles portátiles denominados ‘Blow pipe’ de fabricación inglesa que el Ejército ecuatoriano había adquirido y que era parte de la instrucción a los alumnos.
Recuerdo que al finalizar el Curso se realizaba el tiro antiaéreo de instrucción en el área denominada “El Corazón” y para eso se utilizaba una avioneta del Ejército que halaba a una larga manga de color rojo que simulaba a una aeronave enemiga. El material “Oerlikon” era y todavía es, muy eficiente para detectar, seguir y destruir al objeto simulado. El turno fue para realizar el tiro real del misil “Blow Pipe” y para aquello se designaba al azar a un alumno para que realice el disparo. En la tribuna del polígono de tiro, estaban presentes las más altas autoridades militares. Cuando se dio la orden de "cuando listos fuego", el misil portátil tierra-aire, salió disparado como un cohete sin control y como una ‘culebra supersónica’ a veloz carrera buscaba la forma de activarse. Todos los invitados especiales se tiraron al suelo esperando una probable explosión mientras el ingenuo alumno muy asustado no sabía que estaba pasando. Al final de esta odisea, los expertos desactivaron el misil y el mando militar con el ‘corazón a mil’ buscaban al culpable...
Sucedió que, una vez efectuado el disparo, el misil abandonó el tubo de lanzamiento del hombro del tirador quien se asustó por el sonido y la brusca descarga del sistema de tiro. Inconscientemente el oficial dirigió la mira infrarroja al suelo, impidiendo que las aletas traseras del misil se activaran en forma adecuada y secuencial dificultando de esta manera el control del sistema electrónico que no pudo ser maniobrado por su operador a través de un ‘joystick’ o palanca de control. Esta mala experiencia en tiempos de paz, le sirvió al inexperto Subteniente para años más tarde cubrirse de gloria en el Conflicto del Cenepa, gozando en este momento del reconocimiento y honor de ser considerado como Héroe de Guerra Nacional.
Me refiero al ahora Coronel Byron Washington Borja Carrera, quien en forma excepcional, cuando Teniente, accionó el sistema infrarrojo del misil tierra-aire ‘IGLA’ conocidos con su siglas SA-16, de fabricación rusa, derribando a un helicóptero peruano tipo MI-8 en las inmediaciones de Tiwintza en el año de 1995.

En el año de 1994, fui designado para realizar el Curso de Artillería de Costa y Artillería en la República Federativa del Brasil, complementando así mi preparación para lo que fuera más tarde mi designación como el responsable de la planificación antiaérea de la Zona de Operaciones Sur (Provincias de El Oro, Loja Y Azuay) en el Conflicto del Cenepa por orden expresa del señor General de Ejército, Paco Moncayo Gallegos, Jefe del Teatro de Operaciones Terrestres en 1995, simultáneamente me desempeñaría como Ayudante del Sr. Comandante de la Tercera División de Ejército “Tarqui”, miembro del Estado Mayor y Coordinador de Apoyo de Fuegos divisionales, culminando el desempeño de mis funciones en este año de gloria nacional (1995-1996) con la calificación de 20/20 según consta en mi registro de vida militar, antes de ser nombrado como miembro de la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú (MOMEP), cuyas vivencias al interior de esta compleja misión, serán relatadas a mi manera en estas mismas memorias.
Finalmente, en el año de 2001-2002, ya con el grado de Teniente Coronel fui designado como Comandante del Grupo de Artillería Antiaérea Nro. 81 “Teniente Ledesma” en la Provincia de El Oro. Mis evaluaciones de excelencia como Comandante de unidad terminaban con este concepto ampliado del Sr. Crnl. Guillermo Cobo: “Es un oficial de gran proyección profesional por su profesionalismo y dedicación” y sobre las cualidades de mérito decía: “Es un oficial muy honesto y responsable”. Resalto que como Comandante de esta unidad tuve el inmenso honor de haberle salvado la vida al Sr. Suboficial Segundo Luis Germán Honores Guagua, Héroe de Guerra, mientras realizábamos el entrenamiento de natación en la piscina de la unidad y en forma inexplicable nuestro héroe estuvo a punto de ahogarse, recibiendo en forma oportuna mi directa intervención aplicando las técnicas de rescate y primeros auxilios aprendidas muy bien en los Cursos de Fuerzas Especiales y con los "gringos" en el Fuerte Gulick de Panamá cuando cadete.

Mencionaba el título de estas memorias como: MI PASO POR LA ARTILLERÍA ANTIAÉREA: Mis éxitos y alegrías, sin frustración alguna, y eso es lo que hasta este momento mis MEMORIAS recuerdan con mucha pasión y sano orgullo.
Mis designaciones a esta noble arma de artillería: inicialmente como alumno; luego como instructor, Jefe de Enseñanza; y, finalmente como Comandante, complementaron mis añorados años al servicio de esta prestigiosa especialidad de los cañones cruzados que diera gloria al Ejército vencedor en el conflicto bélico con el Perú.
https://www.youtube.com/watch?v=CZuCHcROiWQ

No hay sufrimiento alguno cuando se cumple a cabalidad las misiones asignadas. Es posible que haya tenido el desdén de los mandos artilleros cuando en mis momentos de flaqueza, de su ayuda necesitaba pero descarto cualquier tipo de resentimiento de mi parte porque como humanos somos proclives al olvido, a la ingratitud y mal agradecimiento.
Para cerrar esta narración recuerdo con nostalgia a algunos artilleros antiaéreos que se nos adelantaron al encuentro con el Señor y de quienes recibí su amistad y afecto: Sr. Mayor César Ríos Revelo, Sr. Capt. José Galindo Cajiao y Sr. Capt. Bolívar Vásquez. QEPD.
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