UN CORTO DILUVIO. El infierno existe y por ahora no me quiere llevar...

Fue un día fantástico... el sol pegaba tan fuerte que dudo que el protector ultravioleta que uso, haya protegido mis duros tejidos faciales.

Mi amigo Mauro, como clarividente frustrado, dice que "amaneció chévere el día" e invita a sus amigos del chat, a un corto viaje en moto hacia la Laguna del Quilotoa, la laguna volcánica más bella del mundo.

Los moteros suelen desafiar las señales ocultas de los radares y esta vez no fue la excepción. A 140 km/h, mi amigo Pablo cruza la pantalla luminosa de la vía que dispara su flash y lo registra... con seguridad le pasarán una cuantiosa multa la semana por venir...

Absorto por lo que veo, freno brusco el motor, atranco la máquina y bajo mi flagrante velocidad, evitando así la resta de los puntos que aún me quedan por correr...

Pero igual...seguimos nuestra carreta voraz por las rutas, simplemente por saciar esa necesidad básica que se le olvidó inscribir a Maslow: la de identificar y compartir las aficiones de los amigos por la velocidad...

Hasta aquí, todo bien...

Incluso al retorno, parecía que el tiempo y las predicciones de mi amigo se cumplían...pero a la altura del Parque Nacional Cotopaxi en Minitrack, pasó algo que me llamó mucho la atención...

UN CORTO DILUVIO apareció: Unas nubes de color plomo oscuro, formaron una especie de sombrero largo sobre el gran volcán...

La lluvia comenzó a caer, y de pronto unos gruesos granizos golpeaban el parabrisas y mi casco, sonando como pedradas en manifestación...

Al fondo, a medio izquierdo, parecía que el humo devoraba las montañas, pero en realidad eran las densas y condensadas nubes que lo cubrían...

De pronto, un rayo en forma de raíz de árbol apareció en el cielo y con furia se descargó en el suelo...

Un sonido fuerte acompañó el acto, mientras ríos de agua se comían la vía, inundando al mismo tiempo mi tensión y mi miedo...

Me acordé del "Diluvio" de Gustave Doré y no me dejarán mentir mis amigos que asustados salieron ilesos de este cuadro infernal...

Con el traje empapado y la moto llorando, mis temblores pasaron a mi angustiada vida, al pensar brevemente que el infierno existe y que por ahora no me quiere llevar...

20h55

Parque Nacional Cotopaxi, 23-mar-18